Hoy abrí los ojos y decidí dejar atrás mis fantasmas, levantarme con la cara de frente al futuro y no agachada por los errores de mi pasado, con una sonrisa y no con esa cara de derrota constante, con la libertad de elegir un camino sea o no el correcto.
Hoy desperté decidido a olvidar todo aquello que me hace débil y que me hace perderme en la oscuridad de la incertidumbre, en el miedo a lo que me rodea y que me ancla al suelo como si de raíces se trataran para dejarme enterrado en la monotonía de la vida, como aquellos que viven sin vivirla.
Hoy me levante con las ansias de conocerme y de andar por esta vida, de dejar esta ciudad invisible, donde nadie parece ver nada, y reconocer esas voces que me hablan al oído y me guían por el camino que recorre el corazón.
Hoy estoy decidido a cambiar el “yo debo” por el “yo quiero”, y por primera vez olvidar el tu, el ustedes, y, el ellos y elegir primero el yo, y nosotros.
Hoy me fui a dormir con la misma convicción de que mañana abra los ojos, me levante y me decida olvidarme de mis fantasmas de nuevo.
Después de irse a dormir y despertar sin un velo en los ojos, sólo queda decir: Buenos Días
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