martes, 7 de septiembre de 2010

La pregunta intrascendente


Nos llenamos la vida de preguntas intrascendentes, que nos persiguen como si fueran fantasmas que no se alejan del todo, porque, en las noches obscuras y en los silencios absolutos, regresan como si despertaran de un letargo para hacerse presentes, para atormentarnos con sus “hubieras” y “porqués”, con culpas compradas y realidades negadas y con respuestas que aunque llegaran a darse no cambiaran en nada lo que somos.

La pregunta incesante que llega a mi mente a cada momento, es, a la vez la más intrascendente, porque la vida y el día a día se encargan de contestármela aunque el corazón se ciega a la verdad.

¿Aun pensaras en mí? Por que fuiste mi verdad más valorada y ahora solo eres mi duda más intrascendente.

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